miércoles, 29 de abril de 2009


domingo, 26 de abril de 2009

Es una máquina de quejas al teléfono. Su voz tiene el zumbido del mosquito que no la deja dormir de noche. La queja sale de su boca, de sus orejas, de su nariz y hasta de su indiscreto y senil orificio que solo percibe su gato.

La muerte está escondida adentro de un taper con sopa que dejó la doméstica y espera que la vieja lo abra para tragársela y después hacer la digestión.
El gato lame el verde de los dolares que sobresalen por debajo del colchón. y maulla su herencia.

La vieja sabe que va a encontrarse con alguien, tiene la sensación de que alguien va a tocarle el timbre y después los senos. ´Tiene los labios mal pintados y un corpiño nuevo que le compró a la boliviana paralítica que vende en la esquina. La vieja busca por la casa un sombrerito rojo que está ahora, sobre la cabeza de su empleada doméstica paseando por el zoológico.
La vieja grita- Irma, Irma- como si Irma estuviese en la cocina. Irma le hace monadas al mono, se saca y se pone el sombrerito rojo y robado y le saca la lengua al mono como si el mono fuera la vieja y ella la muerte.

La vieja abre la heladera y saca el taper con la sopa de arroz que le preparó Irma. El gato abre la billetera y empieza a guardarse los verdes. Se ríe orgulloso, ningún gato sabe reírse, ni heredar, ni ser complise de un asesinato.
El mono se golpea el pecho y mira a Irma con deseo, avanza hacia los barrotes y salta sacudiendo la pelvis. La vieja se sienta y toma la sopa, el rouge se le corre. Piensa cuales de todos sus pretendientes tocará el timbre. Con todos quedaron citas pendientes.
Irma está estática mirando al mono saltar de deseo. Nunca nadie, nunca ningún hombre nunca la ha deseado de esa manera. El gato para la cola y camina sigiloso hacia el living olfateando la muerte ya salida de la heladera. El gato ve la silla darse vuelta en el aire, ve a la vieja cayéndose en el piso, escucha el crujir de los huesos como cuando una vez Irma rompió todos los vasos y todos los platos. Ve a la muerte y a la vieja revolcadas en el piso.

Irma se aleja del mono con ojos de mona apareada. Se acuerda de pronto de la sopa y empieza a correr hacia la salida del zoológico. El mono la ve alejarse y grita y gime frenético. El gato mira a la vieja muerta, con las pestañas sucias de arroz integral. El gato camina hacia su vaso de leche y piensa que el plan de Irma finalmente se ha cumplido. Lo que Irma no sabe es que él ya tiene los verdes adentro de la billetera y va escaparse con la guita antes de que el sombrerito rojo atraviese el umbral.

( QUIZÁS CONTINÚE)

miércoles, 8 de abril de 2009

Tenía tantas ganas de escribir y sigo teniendo pero estoy enojada con la luz de tuvo y me quito las ganas de escribir como si fueran anteojos, pero no se van las ganas y todo es ausencia, pozo seco.

Hay un músculo duro que no se mueve y se va atrofiando sin palabras.

Prendo uno y lo apago, escribo dos palabras, lo prendo, lo apago, exhalo humo sobre el rojo de la pared.

La blonda locura se largó a llorar hoy entre las luces del tuvo y los enanos con sellos y firmas recorriendo los pasillos de la Gris.
Tenía los ojos salidos.

Escribo, luego existo.
Inhalo canábica, luego existo.

Como si toda yo me hubiera borrado.