El tiempo irreversible, la muerte de todas las cosas,
la muerte de la muerte,
Un tobogán de cementerios ondulantes como montañas rusas,
sábanas y cuerpos.
El ritual de asesinar todas las macetas.
Fotogramas de escenas inconclusas en películas concluidas.
Respiro, camino y concluyo pero no concluyo y sigo caminando y respirando.
El fin, una bandera de piratas el medio del jardín, sobre un cantero de agonías que lloran.
Sentado en el lecho un puerco espín se deglute un pic-nic de cadáveres y mira la ventana.
domingo, 25 de abril de 2010
sábado, 24 de abril de 2010
Love
Amor
se resiente
se deshoja
se resbala
se desflora
se desangra
se desmadra
se desnutre
se embalsama
se desmaya
Amor
se desvena
se desverde
se deshuesa
se desllave
se descasa
se desropa
se desperra
se desesperra
se garrapata.
se resiente
se deshoja
se resbala
se desflora
se desangra
se desmadra
se desnutre
se embalsama
se desmaya
Amor
se desvena
se desverde
se deshuesa
se desllave
se descasa
se desropa
se desperra
se desesperra
se garrapata.
jueves, 8 de abril de 2010
martes, 6 de abril de 2010
Una niña procreada en un cementerio, de ojos rojos, nacida entre calas y perros como lobos que olfatean cadáveres calientes.
La madre enhebra ramos de flores, las vende a los que llegan para despedirse de los muertos, regala estampitas con santos, a los que lloran.
El padre es un fantasma de pelo blanco que camina arrastrando una pierna.
La niña se parece al padre: tiene mechones de pelo rubio que se vuelven rojos cuando el sol se prende fuego en el horizonte.
La niña crece, juega entre lápidas, bóvedas y nichos.
Imagina historias entre los que fueron comidos por las bocas del cementerio, y quienes frecuentan a los muertos.
La niña tiene una cámara de fotos que encontró sobre la rama de un árbol, saca fotos a los vivos y a los muertos.
La niña salta a la soga y repite de memoria nombres inscriptos en lápidas, canta y baila canciones de muertos.
Una noche de tormenta, llueven renacuajos y sapos.
Alguien se roba tres lápidas en la que se inscribe un mismo apellido con tres nombres diferentes.
La niña está dormida, su madre al lado, le teje un sueter rojo para el invierno.
La niña entre sueños repite tres nombres y un apellido, entre ellos el de su padre.
La madre enhebra ramos de flores, las vende a los que llegan para despedirse de los muertos, regala estampitas con santos, a los que lloran.
El padre es un fantasma de pelo blanco que camina arrastrando una pierna.
La niña se parece al padre: tiene mechones de pelo rubio que se vuelven rojos cuando el sol se prende fuego en el horizonte.
La niña crece, juega entre lápidas, bóvedas y nichos.
Imagina historias entre los que fueron comidos por las bocas del cementerio, y quienes frecuentan a los muertos.
La niña tiene una cámara de fotos que encontró sobre la rama de un árbol, saca fotos a los vivos y a los muertos.
La niña salta a la soga y repite de memoria nombres inscriptos en lápidas, canta y baila canciones de muertos.
Una noche de tormenta, llueven renacuajos y sapos.
Alguien se roba tres lápidas en la que se inscribe un mismo apellido con tres nombres diferentes.
La niña está dormida, su madre al lado, le teje un sueter rojo para el invierno.
La niña entre sueños repite tres nombres y un apellido, entre ellos el de su padre.
sábado, 3 de abril de 2010
viernes, 2 de abril de 2010
jueves, 1 de abril de 2010
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