jueves, 4 de diciembre de 2008

El tiempo detenido mientras la rueda va girando, salto como una entre mil hormigas arriba del zamba o samba del ya recuerdo Ilalpark.
Un vestido de novia avanza por un pasillo. Camino y se me caen las medias y manos de antes-ahora me arrancan los trapos viejos. Hacelo por la Candi que hay en vos, me dice mi gran amiga de siempre.
El sim del celular se volvió tarado y mompy un artista artesano. Vendo departamentos, vendo cajitas y cuadros mompys, vendo a Mompy mismo, vendo locaciones para filmar publicidades, vendo cajitas para empresas, vendo cuadro de la Egipcia en ferias con jardines y resulta que la egipcia tiene mi jeta. Intercambio mails con personas de todas las franjas y colores. Todo es como una autopista de autos silenciosos. Vendo mis servicios secretariales a una empresa inglesa prestigiosa. Ya ni me acuerdo de todo lo que vendo. Ah, vendo mis servicios de ama de llaves, de escritora que no escribe ni se sabe lo que hace. Hay una palabra clave y es Research.
Por mis researchs pasaron grandes personajes: Ariel Ramirez, el príncipe de gales, toda clase de crímenes, los años 30, GGG un comisario retirado, un festival de cine, personajes cercanos a mí: la borba, Ana, el comisario Plácido Donato, algunos que aparecieron en la calle. Y todo pa qué, pá qué? El sol dorado abraza los edificios del otro lado del vidrio. Son las 20 42. La cotidianidad no tiene sentido sabiendo que vamos a morir. Se me encarna la Retrovil aunque mi bici esté pinchada. Volví al cigarrillo y no me importa. Me parece que todo está mucho mejor si uno tiene una planta en la ventana, y un paquete de puchos en la mesa de luz. La mamá de Lucio canta canciones con letras de mamá que improvisa, se alegra como nunca con el ir de cuerpo de su niño. Quizás trabajen ella y su niño en una publicidad de voluptuosos billetes. Le pido que si sale, me compre una cajita. Le propongo una de Retrovil y el niño de antifaz recién nacido. Dice- Me encantaría.
Quisiera con Mompy hacer cajitas sicodélicas con fotos de muertos que dejan adentro testamentos. La productora se llama Emotion. ¿De dónde saco los clientes?
Clientes sicodélicos que quieran morir jugando. ¿Hay otra manera de vivir mejor? El único pecado es no divertirse. El drama es la raíz de las plantas malignas que se devoran la osadía y el sentido del humor de saber que todo se va pudriendo antes o después.
Por fin escribo, y se detiene el reloj, se quiebra el silencio, desaparece la autopista real áspera y gris, se convierte todo en una foto delirante, y me brota la carcajada solo mía.
Envejecer el drama para hacerlo morir sin lágrimas. Dejar los soldaditos heridos en la estantería para que el triciclo se los lleve por delante. Quiero comprar comida y pagar cuentas con la rubia platinada que amo que mira por el telescopio, quiero vivir mompiando con Mompi, vender la casa del terror y ver sonreír a mi amigo con la alegría del niño que le pasa por encima a los soldaditos caídos del estante.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La casa del terror se llevará todos los silencios y las esperas, y podremos saltar y reirnos como niños (o como adultos que tomaron pe-p-a, epa!)
El Hijo del Terror (y por propiedad asociativa, tu hermanito en el Terror)

Anónimo dijo...

habra que conseguir palitas y balde de plastico playero e ir a algun jardin de paz a jugar a los pocitos para conseguir clientes

mas narco naif no se puede