Tenía tantas ganas de escribir y sigo teniendo pero estoy enojada con la luz de tuvo y me quito las ganas de escribir como si fueran anteojos, pero no se van las ganas y todo es ausencia, pozo seco.
Hay un músculo duro que no se mueve y se va atrofiando sin palabras.
Prendo uno y lo apago, escribo dos palabras, lo prendo, lo apago, exhalo humo sobre el rojo de la pared.
La blonda locura se largó a llorar hoy entre las luces del tuvo y los enanos con sellos y firmas recorriendo los pasillos de la Gris.
Tenía los ojos salidos.
Escribo, luego existo.
Inhalo canábica, luego existo.
Como si toda yo me hubiera borrado.
miércoles, 8 de abril de 2009
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