lunes, 5 de enero de 2009

Perder la laptop me hace pensar en esa frase única del Diego: Me cortaron las piernas.
A lo largo de los meses varias cosas se fueron perdiendo, entre ellas mi laptop que perdió la movilidad y yo con ella. La computadora para mí tenía piernas y brazos, ahora está vieja y paralítica, postrada al monitor ( prestado). Crecieron los agujeros en todas partes y aterricé en un disfraz nuevo. Estoy tratando de adaptarme a la nueva, la que tiene un monotributo, una clave fiscal, no tiene laptop, ni mucho tiempo para escribir.
Tengo la certeza de que quejarse es gastar la energía inútilmente. Nadie va a transformar nada por oírte quejar. ¿Pero cómo se hace? Mi cabeza es una autopista de autos neuróticos, el corto sin terminar una espina en el pie que me aniquila. El alquiler, la plata, todo parece complotado para arrancarme de los pequeños mundos de ficción que le dan sentido al sin sentido. Escucho Rapsody in blues de Gershwin, regalo de mi amiga Moreti para navidad. Es una música que da sensualidad, intriga, barco de noche y cielo estrellado en la cubierta, vestido escotado, hombres de los de antes. Cómo me gusta. Estoy esperando un golpe de suerte, algo que me devuelva a mí. Mi bici está postrada creo que hará un mes o más. Se habrá mimetizado conmigo en su destino de pinchadura de ruedas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

También da la impresión de un enorme embotellamiento en Times Square. ¿Qué versión de Raposdy in Blue? La de Leonard Bernstein, con Benny Goodman en el clarinete?