domingo, 8 de febrero de 2009

Un cumpleaños de derrota

Fueron unos treinta y uno jodidos. Ùn clericó de mierda. Desde ya les digo que festejar el cumpleños con clericó confeccionado con un vino de medio pelo es lo peor que te puede pasar. Abrazaba el inodoro y miraba a mi amiga Moretti que estaba mirándome como a los 15 años abrazando el balde en su morada de Olivos. Solo que habían pasado 15 años desde entonces. Será que uno es una máquina de repetirse.
Un se cree que porque tiene 31, esas cosas ya no pasan. No se confundan.

Ya van dos cumpleaños que salen bastante como el orto. El año pasado fue una pesadilla Bórbica. La borba era un especie de robot neurótico mandando proyectiles en la ciudad de Río de Janeiro. Cuando la ví llegar a la terraza de Mompy le dije " hace un año la guerra".
Me sonreí, me sentía algo mareada pero igual no podía dejar de sonreir porque era mi cumpleaños y entraban mis amigos y me saludaban y me daban regalos, y todos festejabamos mi existencia, y la noche todavía era un proyecto cuando de repente sentí una patada en el estómago, una patada con botines de clericó y .....tomá tomá tomá, para qué tengas. Como si me patearan antes de nacer de nuevo hasta dejarme knock out en una cama.

No estar para el cumpleaños de uno, estar black out tirada como un despojo mientras todos afuera se devoran una noche de luna y vientito y velitas, y un frasco repleto de flores y una caja de alfajores milka ( todo regalo de mi cumple).

Al día siguiente las patadas fueron muchas más, era como un equipo de futbolistas jugando con mi estómago. Descubrí entonces cuan lejos estaba el baño del cuarto de Mompy y cuan rugientes pueden ser las entrañas en las tormentas post etílicas.

En pocos días me mudo a la casa de Mompi y Mompy se va quién sabe hasta cuando. Empecé los treinta y uno muy mal. Algo me dice que va a ser un gran año.
Solo necesito inmunizar mi estado anímico a la luz de tubo de empleada pública. Dejar la flor de piel constante y tener la fé de Sancho siguiendo al Quijote.

1 comentario:

Enrique Avogadro dijo...

escribis lindo, enanita!