miércoles, 30 de abril de 2008

Una noite más

Feriadito mañana, yo acá soliteando en casa, loneliness sobre la mesa y el teclado, derramado como el jugo tang que bebo a cada rato. Naranja y Mango. La soledad naranja es una buena soledad. Fumar con el aire caliente, el del aire acondicionado no se si será buena idea. Pero ya no importa, el humo se ha desparramado por toda la habitación. Total ya después del humo ciudadano de hace unos días, nada le hace una raya más al tigre. Quizás el humo me raye el cuerpo y me combierta en cebra por la noche. Esta noche me siento como un botecito apartado flotando en el agua. Los botes amigos se me hacen cada vez mas imprescindibles, ayer estuve en little horse navegando como siempre. Quedaríame escribiendo toda la noche poemitas, hay veces que uno no quiere entregarse a la muerte de la noche, como si faltara algo para morir el día, pero nunca llega el Godot y a la final una se entrega así despojada de furor, como cuando entregaba las pruebas de matemática hechas un desastre, sabiendo que no alcanzaría el 4. Dentro de poco me toca Río de vuelta, me ilusiona volver a Copacabana, espero no encontrarme al hombre que me asomó su pajarillo, ese desdentado que me dio pavor, que cambió de rostro para mí en un segundo. Esta vez seguró no habrá peleas y gritos y sacadas de ojos como cuervos, ¿Qué habrá? Imposible saberlo, como todo viaje es un verdadero enigma. Ahora suena el Frank, canta Moon river, y quizás deba apolillarme en la cama con él en el oído pensándome como un bote que una noche de estas flotará con otro. Hoy no.

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