martes, 27 de mayo de 2008

Madame Rivau

En estos días a Madame Rivau los rivotriles no le hacen efecto,
Y Retrovil la apacigua cuando la boca se le llena de palabras langostas desesperadas en peceras de Restaurante,
palabras- pinzas inmovilizadas por gomitas de plástico,
palabras como las de Gregorio Samsa cuando no puede hablar.
Madame Rivau es el contraespejo de Gregorio Samsa.
Sus palabras tienen el tono del hombre cucaracha,
pero ella es Madame, y su cabellera blonda el vellocino de oro.
Madame es la domadora de los circos que hace que los elefantes bailen,
que los muertos resuciten en el escenario.
Madame, la modista única que confecciona trajecitos diminutos
para que las mujeres disfracen el sexo de sus hombres con boinas y bufandas.
Madame la de alma transparente en los ojos desnudos y azules.

Madame Rivau es madame,
no puede,
ni podrá dejar se serlo
nunca,
aunque una vasija rota allá en la infancia, el acostumbramiento al rivotril,
o la falta de un hombre que la penetre la haga sentirse mujer langosta o cucaracha.
Retrovil sabe que los seres humanos se dividen en los Samsa y no Samsa.
Sabe que debajo de la blonda cabellera, las siliconas, y la altisonante carcajada de madame,
hay algo podrido como la manzana empotrada en el torso inocente de Gregorio.
Madame se revuelca por los pisos y siempre está a punto de sacarla
escribiendo orestíadas,
planeando el asesinato de la madre-Clitemnestra,
metiéndose en la piel
de Electra.

Pero algo pasa, el lápiz pierde la punta justo en el momento de apretarle el cuello
y matarla,
o a último momento Orestes se acobarda.
Es por esto que Madame Rivau le suplica a Retrovil
que la ayude a terminar la tragedia con la excusa del concurso literario,
y le habla desde Gregorio Samsa,
y a Retrovil se le mete en el oído ese zumbido quejumbroso,
la plegaria desesperada, tengo que matar a mamá, tengo que matar a mamá.

Sale pedaleando por Congreso, en una calle a contramano y piensa
que le gustaría escribir el asesinato de la madre no desde madame-Electra,
sino desde madame Rivau.
Imagina que si logra escribir el asesinato de la madre en manos de la hija,
Su amiga sacará la manzana empotrada en el lomo,
tocará la herida en la que están la madre y ella misma de niña, (tiene los mismos ojos de ahora)
sobre la vía de un tren y la madre corre y grita “voy a tirarme”,
y la niña grita “noooo mamaaaa”. La madre gira la cabeza y le dice
“está bien, hoy no”, y la niña escucha “mañana” aunque la madre
no llega a decirlo.
Y Retrovil piensa que la madre no pudo nunca matarse a sí misma, de la misma forma que madame Rivau nunca pudo matarla.
Quizás sea la madre y no madame la que pertenezca al reino de las cucarachas,
quizás al mirarse en el espejo confunde la cara de la madre con la propia.
Quizás su verdadero espejo esté oculto bajo la manzana que le tiró
la madre.
Quizás Retrovil pueda ayudarla a encontrarlo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Quien es Madame Rivau? Quien es quien?

catraca dijo...

Cande litaaaaa, te quiero, no entiendo de qué habals mi amor, pero da igual, sos vos y eso me es conocido siempre. Una abrazo partido desde acá...mi hija ya camina, es una enana loca, simpátiquísima, adorable.... miau Cata

Anónimo dijo...

Hay cata qué linda noticia. Matildita caminando.... ojalá la traigas prontamente antes de que use corpiño. Como va todo? Escribidme. Abrazo grande.
Estoy haciendo algo así como un poema épico agarrando personajes y hecchos. El humo por ejemplo, no se si te habrás enterado que estabamos peor que ustedes en Santiago. De eso hablo, cosas así....Abrazo

Anónimo dijo...

Quién me pregunta por la identidad de Madame Rivau? Dad la cara y responderé. ¿Sois borba oculta?

Anónimo dijo...

Mi cara es anónima como lo es la identidad q me permite consultar esta morada. Si el precio de mi anonimato es vuestro silencio, pues lo pagare heroica y erguida como un pene erecto.

Anónimo dijo...

Borba te doy pistas:

Madame Rivau es gran amiga mía, no llega a doblarme en años, anda por las tablas y las letras. Tiene ojos preciosos.