lunes, 14 de julio de 2008

La Rivau se despide en una torre

Eran los últimos días de siliconas de Rivau,
Y madame era fotografiada por los dos Marcus en la terraza de la torre fea de caballito.

Chorros de luz caían sobre una Rivau negra con faja de novia blanca,
Y Retrovil sostenía pantallas para que la luz Rivoteara.

Los ojos de agua azulina delineados por los bordes oscuros de diva
reventada.

Una Elisabeth, una Taylor con el trazo de la noche.
Un par de anteojos, la mesita de te con scons invisibles, un fondo negro.
Los espejos de Marcus sobre la mesa
incrustados a lo redondo
hacían entrar el afuera en el adentro.
Marcus y Marcus y Retrovil estaban de un lado y del otro de la foto.

Algo, alguien o todos se despedían de la glamorosa,
Subyacía en cada gesto la antesala amorosa de la muerte.

La Rivau no pisaba la tierra,
partía desde la torre hacia lo desconocido en un submarino
con ventana redonda.
Lloraba, reía, se deformaba con toda la deformidad amamantada,
y Retrovil sentía que una lágrima fina le viajaba por dentro.

Rivau asomaba su catalejo,
traspasaba el círculo,
miles de hombres desnudos la celebraban desde las ventanas,
y ella se mostraba,
las arrugas eran barcos antiguos,
su llanto de sirena, de barco a punto de partir
rivoteaba la torre
y parecía que toda la luz salía del dedo de un ángel
viejo.

Su cara era un reloj de máscaras guardadas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Por supuesto le mande un link azul via messenger a Marco: la magia del desdoble o complemento artistico-industrial Marcus Marcus
http://www.flickr.com/photos/27364938@N00/2657708915/sizes/l/
una modelo eternamentedelirante
...la del catalejo paso el examen de calidad del mench natur technik