miércoles, 17 de octubre de 2007

Mamá Becketiana

2 de la mañana, escucho Debussy: "claro de luna". Podría escucharla mil veces. Es esa pieza exacta que calza a esta hora de la noche en que la nostalgia es una leve caricia. Hace un rato hablé con mi madre y le dije que si bien yo sabía que no tengo permitido morirme antes que ella, que si eso llegaba a ocurrir, le pedía que por favor no me entierre en bóveda alguna y que me hagan cenizas. Ella me dijo que si eso ocurría ella iba a quedarse sentada junto al tarrito, lo visualizó como un tarrito de Toddy. Me dio infinita ternura la imagen, y me encanto que pensara en meterme en una lata de chocolate en polvo.
Me la imaginé sentadita con la lata y mis cenizas como un personaje maltrecho de Becket, como Nag y Nell ( los padres en "final de Partida" que tienen amputados los brazos y las piernas y viven en tachitos de basura). Son mis personajes preferidos de Becket.
Mi mamá que siempre fue tan fuerte y me daba tanto miedo escuchar sus tacos en el pasillo al llegar y yo escondida abajo de su cama para que no se diera cuenta que estaba viendo la prohibida televisión. Ahora está así, medio viejita y dice que no sabe si llega a mis 30. Qué tristeza ver a los gigantes convertirse en molinos de viento, y perder esa mirada siempre para arriba.

Está asustada porque a mi hermano lo tienen que operar del corazón y está como un animalejo acurrucada bajo el árbol en la tormenta. Y yo quisiera sacarla y ponerla en una tarima al sol, pero no puedo.

Y empieza a sucederme eso que me pasaba con mi abuela cuando ya la veía viejita y sabía que iba a partir pronto, me dan unas tremendas ganas de llorar y lloro, y Debussy sigue sonando, porque se acaba y mi dedo vuelve a hacer click para que acompañe mi estado de ánimo.
Probablemente le queden menos años por vivir de los que yo tengo ahora, y yo ayer era una niña, y todo esto pasa demasiado rápido.

Repentinamente me viene a la mente la bolsita azul con rayas rojas del jardín de infantes y me pregunto que habrá sido de ella y pienso que me gustaría tenerla conmigo, quizás como una forma de conservar algo de todo ese universo que ya no existe y que siento tan a flor de piel. Quizás por eso mi mamá pensó en enterrarme en una lata de Toddy.

2 comentarios:

BORBA dijo...

Cuanta belleza, cuantos sentimientos lindos. Me gusta
copiar tu pensamiento y jugar con tu imaginacion... Yo
elegiria un pote de dulce de leche para q pongan mis
cenizas, pero con dulce adentro, asi yo dormiria
eternamente mezclada con la dulzura!
Delirio, no se para que queres tu bolsita a rayas
rojas del jardin, te conozco y se q solo tenes q
cerrar los ojos para tenerla. Ademas, una amiga muy
querida me hizo una noche magica tirar mis recuerdos
por la ventana, x q prometio que asi iba a crecer y no
iba a tener mas penas melancolicas. Y tuvo razon.
Tira esas rayas por la ventana!!
BESOS,
Borba.
PD: Can, es MUY dificil escribir en este blog, pone trabas, demanda accesos y passwords y mucho mas. Pedi ayuda asi facilitas a tus hacer sus comentarios. Gracias.

Candelaria Frías dijo...

Por otro lado Borba me encanta que sea un diálogo entre vos y yo. Es genial solo Borba. No se si facilitar las cosas. Mi lectora borba tiene sentido.