jueves, 21 de febrero de 2008

Dorian Grey a la vuelta de la esquina

Tengo un amigo que es fanático del supermercado Coto, tal es así que tiene la coto inteligente, y siempre que puede la menciona. La ventana de mi cuarto da al Coto, y él desde el día que me conoció sintió que mi casa le era grata por tremenda vista. Solo por este motivo empezó a visitarme seguido. El coto nos unió, después hubo una pelea ocurrida por una frase y nos distanciamos por un tiempo. Pero ocurrió un encuentro casual a la salida de coto, y los fieles en templo se olvidan de los rencores y se perdonan.

No termino de agradecer a Alfredo Coto por su emprendimiento. Si no fuera por él, yo no sería tan amiga de A. Me rio mucho con sus historias. Él también se ríe de las mías. A veces nos reímos tanto que los cuerpos se nos aflojan y nos convertirmos en gelatina y nos caemos uno arriba del otro llorando de risa. La anécdota de ayer me encandiló. Quizás la escribo para no olvidarmela. Todas las buenas historias merecen ser recordadas, contadas.

Está cerca de los 40 y parece de 28. Se fue a Brasil a la casa de unos seores brasileros que conoció a través de internet, ofertando su casa de Barrio Norte a cambio de alguna en Brasil por un rato. Se los metió en el bolsillo. Los deslumbró con su adultez, su amplia experiencia, su educación, su mundo. Todo esa riqueza interior adentro de un envase de niño en sus veintitantos, ojitos muy claros, sonrisa de gremling bueno. Lo recibieron como se recibe a un niño. Le dijeron que llame a mamá para avisar que había llegado bien, y él que suele viajar y desaparecer por largos lapsos de tiempo sin dar señales de vida, obedeció y llamó a su mamá. " Mamá, el vuelo llegó bien" ( estupor del otro lado). " Acá te mandan saludos".

Las ventajas de ser muy joven son muchas en circunstancias como esas y en todas las demás. Los adultos adoptan con los jóvenes una generosidad que no tendrían con jovatos. Los seres paternales sienten la necesidad de proteger al que sienten un seudo hijo momentaneo. Le comprarían las galletitas de gusto, le lavarían la ropa en la casa. Todos los gestos se parecen a ésto.

Después de mucha leche y todi tomada por el niño, llegó el momento. Le preguntaron la edad. 28 dijo él. Si hubiera confesado sus cercanos 40, lo hubieran rajado a la mierda, patada en el culo. La mentira puede ser tan beneficiosa a veces. Yo siempre me declaré a mí misma enti- mentirosa a raja-tabla. Puedo tener todos los defectos, pero no miento. Ahora me cuestiono dicha postura y algo que estaba muy firme adentro mío empieza a ablandarse. Quizás después de todo no está mal mentir. Mi amigo A terminó consiguiendo con sus veintitantos años una casa vacía en el mar muy grande ( para 5 personas) y un auto. Me escribió desde ese paraíso con olas un mail para que fuera con él a disfrutar de sus beneficios de Dorian Grey. Yo estaba en Brasil, no muy lejos, padeciendo el infierno de 3 mujeres desbordadas atacándose como fieras.
Lamentablemente el mail de A... nunca me llegó. Hubiera sido el oasis haber escapado de tanta hormona femenina, tantas cremas entre puñales y haberme adentrado al inmenso oceano en la tabla de surf a A. Creo que A es mala influencia para mí. Hoy por primera vez fui a Coto, me comí un paquete de galletitas oreo bañadas y no las declaré. Robar es como mentir. Fue el primer hurto en mis 30 años. (El segundo, en verdad también hurté una gorra en el Mgatlon después de haber perdido la mía por vez 8 ). Quisera yo también llegar a los 40 con cara de Juvenilia y Miguel Cané, que me reciban como una niña y me entreguen llaves de paraísos con víboras amarillas, olas y belezas. Son pocos los beneficios de envejecer. Será por eso que amanecí el día de mi cumpleaños lagrimeando sobre el café. ¿Cual será el secreto de mi vecino Dorian Grey?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me gusta como contas el cuento de otro, y como apareces vos adentro.
te vi comiendote las galles y me sonrei... estan buenas las oreo bañadas. belle-done!
moris

Anónimo dijo...

A ver...voy a hablar con conocimiento de causa, ya que convivo con el protagonista de esta crónica ( de la primer parte).
Recordemos que robar y mentir es diferente, la primera implica tomar lo prohibido en detrimento de la propiedad ajena.
Mentir sin consecuencias negativas para las partes actoras, es otra cosa, de hecho esos seores brasileros ahora hablan MARAVILLAS de los argentos.
(no exagero, juro), y es mas... el hermano de A. con toda su familia van en Setiembre invitados por esta familia.
En resumen, el señorito A. cosecha mucho, porque siembra muuuuucho.
Esta es solo una cronica más.
Atte. con desparpajo,

Robertito