miércoles, 20 de febrero de 2008

A ship on a hourse

Una tarde en Caballito llegamos con Mompy á navegar sobre un caballo, y seguiremos. Es la era de acuario!!

8 comentarios:

Anónimo dijo...

una cosa irreal que anda caminando con el ultimo pucho de la noche

todo un desorden despues de la luna roja de cerati y el mar negro y blah blah blah: un fenomeno mas


ahi viene el poema: si es que hay talleres y candelirios:




hasta un
please dont go
recien
salgo

plif pluf plaf
ser sincero con uno

basta y deja
la coca
salio 2 pe

pinch chunf paf:
tengo calor
esto no es
caballo



ni concha




sale el sol
veo futuro
rojo
azul

muerte









vida y pum

Anónimo dijo...

Ayer vi una de Fassbinder y sentí desesperación. Soñé con caballos y corría y corría no sé hacia dónde. Me desperté cansada. Las piernas me dolían.

Cande, encontré tu blog de casualidad. Saludos. Lucha (amiga de Clari Olivera)

Anónimo dijo...

paren de mentir con lo que sueñan,dan pena

Anónimo dijo...

Hola Lucha, qué gracia me dan los conocidos que caen por casualidad. Te recuerdo, la chica de Joyce y el Ulises. Está bueno soñar con caballos. Mujeres sueñan con caballos. Me encantan los relinchos.

Anónimo dijo...

Al anónimo, gracias por vuestra poema, aunque pensándolo me suena un anónimo conocido.

Juan Gonzalez del Solar dijo...

Anoche soñé que me compraba una moto. Era extraño porque acá cuido el mango como si estuviera en guerra.
Lo segundo extraño consistía en que no había investigado nada acerca de la moto, que simplemente la había comprado, sin pensar en otras posibilidades, en posibles descuentos, variables, etc. Me fijaba la cilindrada y estaba bien -sentí la culpa de que hace poco le decía a un amigo que para comprar una de 150 cc no compraba nada-.

La moto después era un puma con una coraza de bicicleta -o un tigre-. Al principio me mordía y se ponía áspero, pero yo seguía porque era mi derecho y porque, si estaba ahí era porque podía estar ahí. Finalmente parecía que nos entenderíamos cuando ya no pude ver cómo se resolvía.
Pero yo le daba el brazo, que mordiera poco, que se acostumbrara, y que me dejara ponerle de vuelta la coraza para mostrarlo a unos amigos que había detrás de la puerta.
Lindos bichos los felinos.

Anónimo dijo...

Qué belleza tu sueño Juan. Me encanta eso de que le dabas el brazo para que te lo mordiera un poco y se acostumbrara. Y un puma con manubrio de icicleta es surrealista. Muy a tono con " a shipo on a boat". Creo que la vida entera se trata de domesticarse a uno frente a las cosas que pasan. Me encanta que me cuenten los sueños. Siganme contando. besos de tigre.

Juan Gonzalez del Solar dijo...

Enorme.

Beso grandísimo -te sigo esperando-, Juan